Hoy que estaba de compras en San Ysidro me sentí agobiado por la cultura que proyectan los latinos viviendo en Estados Unidos y los gringos en general; entonces, el subconsciente gritó para recordarme una frase cuando pasaba frente a una vending machine de sodas, una especie de broma a referente a uno de los cursos que tomé con Heriberto Yepez, y me di cuenta que en realidad la broma no era tan de broma:
Beber Coca-Cola es un estado de conciencia.
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